Cuando se habla de originalidad, no se puede ignorar otra habilidad importante: la del pensamiento crítico. Al igual que la creatividad y la originalidad van de la mano, también lo hacen la originalidad y el pensamiento crítico.
Pero antes de seguir avanzando, es importante entender primero el significado de este término.
Qué es el pensamiento crítico
La primera evidencia escrita del pensamiento crítico se remonta a hace 2500 años, cuando Sócrates planteó por primera vez la importancia de analizar los conceptos básicos y destacó la relevancia de hacer preguntas indagatorias. Pronto le siguieron otros filósofos, como Platón y Aristóteles, que insistieron en la necesidad de pensar sistemáticamente y profundizar.
En el mundo actual, en el que la información está disponible libremente y es de fácil acceso, se ha vuelto aún más crucial que seamos capaces de examinar todo de forma objetiva para poder entender la situación y sacar una conclusión fundamentada.
Es imperativo que desarrollemos la capacidad de examinar los hechos y las cifras y de formarnos opiniones bien fundadas que no estén sesgadas ni tengan prejuicios, sino que se basen en los hechos. Ante la gran cantidad de información, también debemos ser capaces de discernir lo que es importante y lo que no y separar la verdad de las noticias falsas.
La capacidad de poder hacer lo anterior es lo que se llama pensamiento crítico. Nos permite ver más allá de las suposiciones establecidas y, de esa forma, ver las cosas desde nuestra propia perspectiva.
El pensamiento crítico estimula a las personas a hacer preguntas y a no tomar las cosas al pie de la letra. Esta curiosidad facilita una investigación más profunda que puede conducir a la innovación y al pensamiento original.
«El pensamiento crítico no se refiere a la inteligencia. Es una habilidad que todo el mundo puede y debe mejorar». (Walsh & Paul, 1988)
¿Por qué es importante fomentar el pensamiento crítico?
Las instituciones educativas, en su mayoría, han sido culpables de fomentar el aprendizaje memorístico entre sus estudiantes en lugar de promover el pensamiento crítico. Por lo general, se han centrado en que se retenga la información que se da en los libros y en garantizar que las evaluaciones se completen de la manera prescrita por los profesores, sin tener muy en cuenta la autorreflexión y el análisis desde la perspectiva de los estudiantes.
Pero el aprendizaje y la educación han cambiado enormemente en los últimos años. ¡Hoy en día, tenemos acceso a todos los datos y a toda la información que podamos necesitar al alcance de la mano! Una simple búsqueda en Google nos dará múltiples respuestas a cualquier pregunta que tengamos. La necesidad actual no es retener la información, sino ser capaz de darle sentido mediante un examen crítico. Ser capaz de crear argumentos convincentes que estén respaldados por pruebas ayuda a los estudiantes a formarse una visión equilibrada de las cosas. Y esto no se limita al aula. El pensamiento crítico es una habilidad muy necesaria que ayudará a los estudiantes en la vida real y posteriormente también en sus puestos de trabajo.
«Si queremos que los estudiantes se desenvuelvan con éxito en una sociedad altamente tecnificada, deben estar equipados con las habilidades de aprendizaje y pensamiento que sean necesarias para adquirir y procesar la información en un mundo en constante cambio». (Susan Robinson, 1987)
Cómo enseñar a los estudiantes a pensar de forma crítica
Algunos investigadores han señalado, con razón, que «uno de los objetivos de la educación debería ser el desarrollo de las habilidades de pensamiento de los estudiantes, además de las habilidades motrices, lo cual es el objetivo básico de los enfoques contemporáneos de la educación».
Existen diversas formas de enseñar a los estudiantes a pensar de forma crítica. Las instituciones pueden contar con cursos especializados diseñados para impartir los conocimientos creando material y cursos con el propósito específico de desarrollar y mejorar las habilidades del pensamiento crítico.
La otra forma es un enfoque más amplio en el que el pensamiento crítico puede enseñarse como parte integral de todas las asignaturas. Este método ayudará a desarrollar las habilidades necesarias en todas las áreas.
Lo que no debe pasarse por alto es que los propios profesores deben estar dotados de habilidades de pensamiento crítico para poder impartir conocimientos. Para ello, las instituciones deben invertir en programas de formación para los profesores con el fin de asegurarse de que estos estén bien preparados.
Pensamiento crítico y originalidad
En nuestro anterior blog sobre la originalidad, una de las definiciones de originalidad que dimos fue la siguiente: La originalidad es la base para crear algo único a través del pensamiento independiente y crítico.
En otras palabras, la originalidad ayuda a producir ideas que son imaginativas y disímiles. El pensamiento crítico, por su parte, ayuda a evaluar estas ideas de forma lógica y nos permite así determinar la mejor forma posible de resolver un problema o llegar a una conclusión lógica.
Los pensadores originales suelen tener una gran cantidad de ideas. Sin embargo, son las habilidades de pensamiento crítico de la persona las que finalmente ayudan a convertir la idea en una solución viable y original.
En Ouriginal, creemos que dotar a los estudiantes y a los profesores de las herramientas adecuadas puede ayudar a fomentar un entorno de pensamiento original y permitir a los estudiantes alcanzar su máximo potencial.
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En caso de que se haya perdido nuestro primer blog de la serie sobre la originalidad, puede encontrarlo aquí: La verdad sobre la originalidad